El Hito del Bicentenario es una gran torre de hormigón y acero. Tiene un mirador que remata en una gran espiga fractal que eleva la estructura a 130 metros de altura.
Tipológicamente definido como “torre”, el Hito del Bicentenario es una construcción mixta de hormigón y acero de una impronta contemporánea. Se implanta a manera de “atalaya” en la punta de un pequeño cerro, en las cercanías del nuevo Edificio de Descentralización Administrativa Terrazas del Portezuelo, en San Luis. La torre, obra del arquitecto Esteban Bondone, tiene por objeto crear las condiciones de imagen y comunicación simbólica de los doscientos años del nacimiento de la Patria.
Su primer cuerpo constructivo se alza sobre la cúspide de un cerro como un riguroso prisma de piedra artificial de hormigón armado a la vista. Este tramo contiene los mecanismos de elevación: dos ascensores de gran velocidad, y de allí parte una escalera que en su trayecto permite una recorrida visual por la historia del Bicentenario y por el cual se llega al mirador.
Una superficie de permanencia y contemplación, construida en metal y vidrio de alta tecnología, permite desde una altura de 51 metros percibir la fisonomía de la urbe puntana y sus alrededores. Sobre el nivel del mirador se posa la gran espiga metálica, una estructura fractal que multiplica sus elementos elevando la torre hasta los 130 metros.
A una altura de 90 metros del piso aparece una esfera estructural cuyo fin será colocar antenas satelitales y de telefonía. Una escalera de servicios acompaña la subida hasta la cúspide. El proyecto contiene en su base dos áreas especiales semicubiertas: una plaza de encuentro, destinada a contingentes, que contiene como servicio un cuerpo de sanitarios; y un área de orientación turística conformada por un pabellón cultural con una variada oferta de objetos históricos y souvenires, y venta de productos y bebidas.
Los autores destacan la importancia de la iluminación ornamental de la torre. El sistema de iluminación fue planteado de modo tal que, al caer el sol, un conjunto de haces de distintos tonos de azules, verdes, magentas, rojos y violetas realcen la fisonomía de la torre. “Como síntesis puede decirse que la torre reúne sobre sí los componentes simbólicos del Bicentenario: las culturas originarias de rasgos ancestrales expresados en las construcciones de piedra, el presente de la historia en el cuerpo de hormigón que dinamiza el movimiento y la espiga metálica superior, que encarna la tecnología y el futuro”. El monto total de la obra llega a casi 71 millones de pesos, y forma parte de una serie de obras que complementan el ya finalizado Edificio de Descentralización Administrativa Terrazas del Portezuelo.
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